Imágenes recibidas : Thursday, 15 July

15 de julio

Pareciera ser que las burbujas de metano que se forman en el fondo del océano son las causantes de la misteriosa desaparición de barcos en el Triángulo de las Bermudas y en el Mar del Norte. Estas enormes burbujas emergen en ocasiones de los depósitos de metano sólido que, por motivos de la fuerte presión del agua, se forman en el piso submarino y que son similares a planchas de hielo. En ocasiones, sin embargo, los mismos se quiebran y suben a la superficie en forma gaseosa, creando burbujas que no son esféricas sino que poseen formas de lente (es decir, con su parte inferior chata y su parte superior curvada). Si bien en un principio se pensó que al emerger estas burbujas explotaban creando una cavidad en la que el barco caía y era tragado por las aguas, hoy se sabe en cambio que, con la explosión de la burbuja, se dispara hacia el cielo un chorro de agua tan potente que, al caer nuevamente, empuja al barco y se lo lleva consigo hacia el fondo.

15 de julio

Por la mañana, me dirijo a la cocina a desayunar y la encuentro a mi hermana intentando comer su plato de cereal con palitos chinos. -Quiero que me devuelvas ya mismo la bola de vidrio con nieve que la abuela me trajo de París -la encaro. Anoche, cuando entré a su cuarto, vi que la tenía en su mesita de luz. Si se hubiera llevado cualquier otra cosa..., ¡pero la bola de vidrio que me dio mi abuela cuando me dijo que yo era su nieto preferido! -¿Qué decís? ¡La bola es mía! A continuación, violento cruce de acusaciones: mentiroso, ladrona, ladrón, mentirosa, mentiroso, ladrona, mentirosa, mentiroso. Inútil seguir discutiendo. -Y que no se te ocurra entrar en mi habitación nunca más, ¿entendés? -me increpa mi hermana, apuntándome con los palitos chinos chorreando gotas de leche en el aire. Ofuscado, salgo de la cocina dando un portazo e, instantáneamente, me dirijo a su cuarto. Tomo la bola de vidrio y, haciendo justicia por mano propia, me encierro con ella en mi cuarto. Pero cuando voy a reponerla en mi mesita, oh sorpresa, descubro que hay dos bolas de vidrio iguales. Con nefasto pálpito, me encamino hacia la habitación de mi hermano mayor: ¡descubro que en su mesita de luz hay una tercera bola con nieve exactamente igual a las otras dos!